La ingeniería es clave para el éxito de las empresas instaladoras en el sector de protección contra incendios. La capacidad de realizar una ingeniería confiable ya marcaba una gran diferencia hace años entre las cinco principales empresas instaladoras y el resto. Hoy en día, ofrecer buena ingeniería es lo que permite a algunas empresas crecer y diferenciarse más.
La ingeniería es esencial, tanto si se trata de ejecutar un proyecto realizado por otros, como si se recibe el encargo del cliente para realizar el proyecto y la posterior instalación. Es fundamental que la empresa instaladora cuente con un equipo de ingeniería técnicamente sólido, capaz de resolver las necesidades y superar cualquier obstáculo técnico.
Desafíos de los Proyectos Diseñados por Ingenierías Generalistas
Muchas empresas instaladoras continúan recibiendo proyectos de ingenierías generalistas que no pueden ejecutar directamente por diversas razones. Generalmente, esto se debe a la falta de mediciones claras y precisas respaldadas por cálculos justificativos, la inclusión de sistemas que no se ajustan a las necesidades del proyecto, o soluciones incompletas sin trazabilidad con otras medidas o sistemas contra incendios. Son proyectos en los que el proyectista no se ha ocupado de cumplir con las normas de diseño UNE, obligando a la empresa instaladora a rediseñar y calcular para poder adquirir los materiales necesarios. Además, deben hacerlo porque al final tienen que certificar la instalación ejecutada, y esa certificación les compromete a la responsabilidad del cumplimiento de las normas UNE de cada sistema instalado.
Por increíble que parezca, la industria, con el RIPCI, ha sorprendido al sector contra incendios colocando la responsabilidad del cumplimiento de las normas UNE de diseño en los instaladores y no en los proyectistas firmantes del proyecto, quienes pueden seguir diseñando la protección contra incendios (PCI) sin tener conocimientos de la materia.
En los estudios de ingeniería generalistas, el ámbito de la ingeniería contra incendios ha sido desacreditado por la falta o insuficiencia de profesionales cualificados y la disposición de los fabricantes e instaladores de realizar el trabajo gratuitamente a cambio de privilegios en la adjudicación de la obra.
Un proyecto que no resuelva los requisitos vinculados entre protección activa, protección pasiva y evacuación es incompleto y no sustenta el cumplimiento de la normativa, lo que resultará en una protección deficiente para el usuario final.
Ante esta común situación, la empresa instaladora es la más perjudicada, al tener que contar con recursos propios de ingeniería extra para resolver la ejecución de una obra que, comúnmente, no puede comenzar a ejecutarse tal como se recibe.
¿Qué opciones tiene la empresa instaladora?
- Ofertar lo solicitado y asumir la inseguridad de poder solucionar y justificar los incumplimientos posteriormente. Esto implica asumir el riesgo y la responsabilidad como contratista de ejecutar una obra con incumplimientos reglamentarios. En este caso, el instalador no incurre en gastos de ingeniería, pero se arriesga.
- Presentar una oferta ajustada al proyecto, añadiendo un comunicado con los incumplimientos. Esto supone tener que asumir el coste extra de hacer una reingeniería y confiar en que eso no resulte en desventajas durante la ejecución de la obra por diferencias de criterios con la dirección facultativa o terceros. Aquí el instalador asume un gasto de ingeniería y, además, cierta incertidumbre.
- Informar al cliente de las carencias e incumplimientos del proyecto y trasladarles una propuesta económica para realizar una reingeniería, que deberá ser aprobada por ellos y por la ingeniería responsable del proyecto, lo cual permitirá presentar una oferta de instalación realista. Aquí, el instalador tiene la opción de repercutir su gasto de reingeniería.
Dado que el RIPCI obliga al instalador a certificar la instalación ejecutada asumiendo bajo su responsabilidad que el diseño, cálculo y montaje cumple con los requerimientos de la UNE del sistema o de cada sistema instalado, a la empresa instaladora no le queda otra opción que contar con un equipo de ingeniería (interno o externo) y asumir su elevado coste, para dar respuesta a esos proyectos que no garantizan la fiabilidad y cumplimiento que deberían.
Soluciones propuestas: que el instalador cobre por el trabajo de reingeniería cuando el proyecto no clarifique el cumplimiento de las normas UNE, o bien, que los proyectos de PCI solo puedan ser desarrollados por empresas de ingenierías especializadas en PCI, como ocurre en otros países, y no se delegue en la instaladora responsabilidades que debe resolver el proyectista.
Proyectos realizados por las propias empresas instaladoras
Generalmente, son las empresas de mantenimiento a las que los usuarios finales de establecimientos ya existentes recurren en primera instancia para acometer nuevas instalaciones o para la reforma o reemplazo de las existentes. Estas intervenciones requieren de un proyecto contra incendios, y aquí surge una complicación: la empresa instaladora no está habilitada, según diversas leyes y reglamentos, para diseñar los proyectos que posteriormente ejecutará, aunque cuente con personal técnico titulado y competente.
En las obras contra incendios se aplican, además del RIPCI, el CTE-DB/SI o RSCEI, la recientemente actualizada Ley de Industria y la Ley 38/99 de Ordenación de la Edificación, así como la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (PRL). En defensa de la calidad y las garantías que protegen al usuario final, se establecen los requisitos y obligaciones de los agentes intervinientes: 1) el promotor, 2) el proyectista y la dirección facultativa, y 3) el instalador, quienes deben ser figuras administrativamente independientes.
Tampoco compete al seguro ni a la Organización de Control Autorizado (OCA) validar reglamentariamente esta información sobre el firmante, aunque se intuye que con el tiempo, tanto administraciones como seguros y OCAs terminarán por verificarlo, ya que serían obras ejecutadas fuera de la legalidad, comprometiendo responsabilidades del usuario final y el instalador, y afectando a las coberturas de los seguros de ambos, así como al deber de las administraciones de velar por el correcto cumplimiento de las leyes y reglamentos.
En resumen, los proyectos contra incendios (no confundir con diseños) solo serán legítimos si, además de cumplir con los reglamentos y ajustarse a la realidad de la obra y el riesgo, son firmados por técnicos titulados competentes que cuenten con un seguro de Responsabilidad Civil Profesional específico con cobertura para proyectos contra incendios y no pertenezcan a la misma empresa que ejecuta la obra.
¿Qué opciones tiene como empresa instaladora para dar servicio a su cliente?
- Puede continuar realizando el proyecto como hasta ahora, pero para darle legitimidad, debe recurrir a un técnico titulado competente que no pertenezca a su empresa instaladora y que cuente con un seguro de Responsabilidad Civil Profesional que cubra el ámbito contra incendios.
- Puede seguir realizando el proyecto como hasta ahora y, para darle legitimidad, puede crear una empresa de ingeniería con un nuevo CIF donde integrar al personal de ingeniería de la empresa instaladora con capacidad de firma.
- El instalador puede acordar con su cliente contratar el proyecto a una ingeniería especializada en sistemas contra incendios, en lugar de hacerlo con una ingeniería generalista. De esta manera, evitará gastar tiempo y asumir el costo adicional que implicaría una reingeniería.
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