Proteger las actividades de nuestros clientes, con un enfoque especial en la protección del medio ambiente a través de las soluciones implementadas en nuestros diseños, es una prioridad para nuestra firma de consultoría e ingeniería contra incendios.
En este artículo, ofrecemos una visión general de los desafíos ambientales que plantea un incendio.
Fundamentos de la sostenibilidad contra incendios
La sostenibilidad se refiere al uso consciente y proactivo de métodos que no solo evitan dañar a las personas y al planeta, sino que también generan un impacto positivo. Se identifica con aquellas vías de progreso que satisfacen las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de futuras generaciones.
Esta se fundamenta en el principio del consumo responsable, lo que implica priorizar la prevención de incendios mediante soluciones sostenibles que buscan alcanzar los objetivos de protección con el mínimo impacto ambiental posible. Esto se logra comprendiendo el riesgo a mitigar, aplicando una ingeniería adaptada a las necesidades, seleccionando soluciones eficientes y utilizando las tecnologías de protección más adecuadas.
Los efectos del incendio
Los efectos de un incendio sobre el entorno incluyen:
- La dispersión de humo en la atmósfera.
- La radiación térmica emitida por las llamas.
Los incendios afectan a personas, propiedades y al medio ambiente. En algunos casos, las pérdidas resultantes son extraordinarias, causando cientos de muertes, daños generalizados a la propiedad, la paralización de actividades industriales e impactos significativos en el medio ambiente.
Cuando se queman materiales en un incendio, se desprenden partículas y gases tóxicos que vemos en forma de humo, perjudiciales tanto para nuestro organismo como para el medio ambiente. Las partículas de humo contienen sustancias y ácidos muy peligrosos y corrosivos. Ocasionalmente, los humos arrastran partículas en combustión que pueden propagar el incendio lejos de su origen. Los humos calientes tienen el efecto de propagar rápidamente el incendio en numerosos entornos, especialmente en áreas industriales y logísticas.
Impacto ambiental de un incendio
Las principales causas de la contaminación del aire están relacionadas con la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). La combustión de estas materias primas ocurre principalmente en los procesos vinculados a la actividad industrial y al transporte por carretera. Sin embargo, aunque con un menor grado de incidencia y no por ello menos importante, también se produce como consecuencia de los incendios.
Desde la perspectiva del impacto ambiental y debido a las características de los humos, los incendios no forestales tienen efectos altamente contaminantes sobre el medio ambiente, principalmente debido a:
- Contaminación del aire.
- Contaminación del agua.
- Agotamiento de la capa de ozono, lo que contribuye al calentamiento global.
Contaminación del aire
Se denomina contaminación del aire a cualquier situación en la que una sustancia, introducida en la atmósfera por acción humana, genere un efecto perjudicial tanto para el medio ambiente como para la salud humana.
Entre estas sustancias, el dióxido de carbono es quizás la más conocida, producida por la quema de combustibles fósiles y desechos sólidos. Sin embargo, los incendios también liberan contaminantes peligrosos como el monóxido de carbono, el dióxido de azufre, el metano, el monóxido de nitrógeno y los clorofluorocarbonos (CFC), entre otros. El dióxido de azufre es especialmente nocivo, siendo el responsable directo de la formación de nubes tóxicas.
El dióxido de carbono (CO2) es uno de los principales contribuyentes al cambio climático. Otras sustancias menos mencionadas, pero igualmente dañinas incluyen los CFC y los hidrofluorocarbonos (HFC), que son gases fluorados con efecto invernadero.
La diversidad de materiales y sustancias químicas en las industrias es considerable. En caso de incendio, esta diversidad resulta en una significativa cantidad de contaminantes, cenizas y humo que pueden transportar productos químicos nocivos a decenas de kilómetros, dificultando la respiración en áreas cercanas y obligando a evacuar zonas aledañas.
Contaminación del agua
El método habitual para combatir incendios industriales, que emplea grandes cantidades de agua y espumógenos, puede provocar la contaminación del agua. En las industrias se encuentran productos electrónicos, químicos industriales, baterías, pinturas y plásticos, entre otros. Las cenizas y escombros de estos materiales suelen ser transportados a los desagües y terminan mayoritariamente en los ríos.
Estas cenizas reducen el oxígeno en el agua y fomentan el crecimiento de cianobacterias. Cuando la ceniza, compuesta principalmente de carbono orgánico, llega al agua, es biodegradada por bacterias acuáticas. Este proceso consume oxígeno disuelto, dificultando la supervivencia de la fauna piscícola que necesita altos niveles de oxígeno disuelto para vivir.
Además, el exceso de sedimentos en el agua puede dañar las tuberías y, al llegar a las plantas potabilizadoras, perjudicar su funcionamiento al obstruir los filtros
Agotamiento de la capa de ozono y su relación con el calentamiento global
El ozono cumple la función de filtrar aproximadamente el 99% de las radiaciones ultravioletas provenientes del Sol. La mayor parte del ozono se encuentra en la baja estratosfera, entre los 20 y 30 km de altura, zona conocida como la capa de ozono.
Cuando hablamos del agotamiento de esta capa, nos referimos a su adelgazamiento como consecuencia de la acción de compuestos denominados halocarbonos, entre los que se incluyen los clorofluorocarbonos (CFC).
Además de las reacciones naturales, existen otras que involucran compuestos que contribuyen a la destrucción del ozono, como los CFC. Estas moléculas, sintetizadas por el ser humano, son químicamente poco activas y tienen una vida en la atmósfera extremadamente prolongada (entre 100 y 200 años).
Cuando una molécula de CFC alcanza la estratosfera, puede disociarse bajo la influencia de la radiación ultravioleta, liberando átomos de cloro que reaccionan con el ozono, contribuyendo a su destrucción. Esta reacción catalítica libera un átomo de cloro, lo que multiplica su efecto destructivo.
Los gases CFC y HFC, relacionados con los incendios, se encuentran en las industrias dentro de sistemas de refrigeración, embalajes, espumas aislantes, pinturas y disolventes, y se liberan en grandes cantidades durante los incendios.
A pesar de los avances, muchas industrias y construcciones aún utilizan sistemas de extinción automáticos basados en gases HFC, como el FM-200 (HFC-227) y el FE-13 (HFC-23), que tienen un potencial de calentamiento global mucho más elevado que el CO2 y están regulados por el Protocolo de Kioto sobre gases de efecto invernadero. Actualmente, deberían ser reemplazados por sistemas más modernos o soluciones técnicas alternativas de eficacia probada.
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